Si hay algo que ha ido pasando de generación en generación desde el principio de los tiempos hasta la actualidad son las historias. Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha utilizado la narración de historias para divulgar conocimiento, para dar a conocer información relevante o simplemente para entretener.
Así hemos llegado hasta el siglo XXI, cuando a la narración de historias se le ha denominado ‘storytelling’ y ya no solo sirve para los fines antes mencionados; ahora las historias tienen múltiples objetivos gracias al desarrollo de la comunicación.
Por si eso fuera poco, las historias no incluyen únicamente información, también emociones, pasión… Ingredientes que sirven para conectar con la audiencia receptora de forma más profunda, generar lazos y despertar sentimientos en las personas.
Eso es el storytelling actual: un relato más complejo que busca conectar, enganchar y emocionar.
Las claves de un buen storytelling
Ya hemos visto que la narración de historias es algo habitual en nuestro día a día en casi todos los ámbitos, pero no todas son buenas historias. Desde Trescom te damos las claves para construir una buena historia desde el punto de vista de la comunicación corporativa y generar la conexión que buscamos.
- Historias completas. Aunque parezca de Perogrullo, es importante tener siempre en cuenta que las historias tienen inicio, desarrollo y desenlace. Nunca deben quedar incompletas o inconexas; en la narración debe existir un hilo conector desde el inicio hasta el fin, para que así todo el contenido tenga sentido.
- Un título atractivo pero descriptivo. En la era del ‘branding’ muchos relatos llevan un título pensado únicamente para enganchar, pero que después no tiene nada que ver con la historia. Aunque esto es importante, un título atractivo no está reñido con que tenga una breve descripción de su contenido. Porque si el público inicia la historia y ve que no tiene nada que ver con el título, no va a conectar con ella y no seguirá su lectura.
- Atención a los detalles. Cuando contamos una historia todo debe tener sentido y los detalles son muy importantes. Si introducimos un elemento en la narración debe tener un objetivo y un significado. No se debe rellenar un relato con elementos inconexos solo para que parezca más completo. Es mejor una historia sencilla pero bien cerrada y con detalles que de verdad aporten que añadir paja o vueltas de tuerca que no vienen a cuento.
- Lenguaje claro y sencillo. No por utilizar un lenguaje grandilocuente la historia va a ser mejor. Hay que prestar mucha atención a las palabras que escogemos, sobre todo teniendo en cuenta el público al que nos dirigimos. Si es un público muy especializado en un tema concreto, podemos emplear un lenguaje más técnico o profesional, pero si se trata de un público general, siempre hay que optar por términos conocidos, comprensibles, directos y claros.
- Evitar los rodeos. Las historias largas no son sinónimo de calidad. No es necesario dar rodeos para llegar al final de la historia porque se aburre al receptor. Es mejor una historia corta, bien construida, con sentido completo y lenguaje claro que una narración larga con partes “de relleno” que no aportan nada al desarrollo.
- Propósito. Las historias deben tener un objetivo, un fin. ¿Para qué queremos contar esto? ¿A quién le puede interesar? ¿A qué público queremos conectar? Una vez tengamos definidas esas preguntas podremos construir nuestro storytelling, para que así pueda cumplir con su propósito.
El storytelling tiene mucho poder y utilidad para comunicar y conectar, siempre que esté bien construido. No lo olvidemos.