Generar mensajes que se escuchen por encima del ruido que, con internet, ha llegado para quedarse. Ese es el objetivo de cualquiera de nuestros clientes y nuestro día a día. Tenemos la misión de entonar una nota afinada en una orquesta de zumbidos: ese es un buen mensaje, el que va directo a la mente y al corazón del target esquivando todo lo demás.
Pero hay una nueva incógnita en esta ecuación: el formato. Se ha puesto el sol con el texto, y ha amanecido con el video y la voz como formatos a los que prestar especial atención. Os contamos por qué.
El vídeo es el formato nativo de Youtube con el que las marcas empezaron a animarse a compartir contenido audiovisual de forma regular, dejando atrás el tradicional spot televisivo para experimentar con webseries, vídeo interactivo, vídeo 360º, vídeo en directo… La lista de posibilidades terminaba de afianzarse con la llegada de Instagram TV, desafiando a todos los que decían que el vídeo en vertical no tenía futuro más allá de los stories (y que quizá no se habían parado a mirar la orientación de las pantallas de sus móviles).
Estos son tres datos (hay cientos) por los que las marcas tienen que prestar absoluta atención al vídeo:
- Un tercio de toda la actividad online consiste en ver vídeos.
- Cada día, se consumen cinco billones de vídeos en Youtube.
- El 64% de los usuarios tiene mayor probabilidad de comprar un producto o servicio tras ver un vídeo sobre él. (Fuente: Hyperfine Media).
Si, además, el vídeo es vertical, va a resultar mucho más económico y a generar un mayor engagement. Incluso Youtube ha terminado por acoger este formato.
Una gran estrategia de vídeo vertical es la de National Geographic. La segunda marca con más seguidores en Instagram publica frecuentemente documentales episódicos en su Instagram TV. Un mensaje que atiende a la necesidad de su audiencia de no girar la pantalla, con una duración (alrededor de 10 minutos) que se adapta a los momentos y dispositivos de consumo de este tipo de contenidos. Y, además, con una edición maravillosa (¡id a verlo!).
¿Qué pasa con la voz? Con la voz, ahora mismo, está pasando todo.
2019 ha sido el año que ha visto florecer el podcast en España. Las marcas se han lanzado a estrenar programas de radio online en un mercado todavía creciente en nuestro país, mientras que en EEUU o China la inversión publicitaria en podcasts no para de crecer. Al final, va a resultar que siempre nos ha gustado escuchar la radio, pero la radio tenía que adaptarse a la forma de consumir contenido que tenemos ahora.
También se ha extendido el consumo de audiolibros. El último Premio Planeta (‘Yo, Julia’ de Santiago Posteguillo) ha sido recientemente adaptado a este formato. 700 páginas: 25 horas de contenido en audio. Los escritores se han enamorado de este formato para contar historias: la plataforma española más relevante, Storytel, cuenta ya con 40.000 obras.
2019 está siendo también el año en que los altavoces inteligentes han entrado en nuestros hogares. Las pasadas navidades, Google Home o Amazon Echo se convertían en regalos recurrentes. Ya son 4 millones los hogares en España que cuentan con algún tipo de asistente virtual (EGM). Estos dispositivos todavía no comprenden publicidad de pago, así que las marcas deben buscar la forma de generar interacción con los usuarios de estos altavoces simplemente con buen contenido. Un ejemplo sería HBO, que ha incluido un juego en Amazon Echo basado en su serie Westworld, generando reconocimiento y lealtad de marca; o Domino’s Pizza, que ha añadido la opción de pedir una pizza usando solo la voz a través de estos dispositivos.
El vídeo y la voz, el presente del contenido de las marcas
Así es como estamos consumiendo contenido ahora. Vemos muchísimo vídeo, y lo consumimos en formato vertical. Escuchamos podcasts, audiolibros, y utilizamos cada vez más nuestra propia voz para interactuar con las marcas. ¿Qué tienen que hacer las marcas? Si tienen capacidad, se adaptarán a estas nuevas tendencias porque los formatos están bastante claros. Lo siguiente será acertar con un contenido relevante y que capture al target, una misión nada fácil, pero que cuenta ahora con más posibilidades que nunca.