Cuando todo el mundo pensaba que el evento del milenio iba a ser, sin duda, el concierto reencuentro de OT 1, aparece de la noche a la mañana Pokémon Go, y con él “La Gran Quedada”, un evento con el que batir el récord Guinness.
Yo, ilusionado por este fenómeno que me ha hecho batirme en duelo con un cura en un gimnasio pokemon situado en una iglesia (gracias Nintendo por este hito en mi vida), acogía con brazos abiertos este reto: 3.500 personas congregadas en Sol.
Un astuto movimiento por parte de Fever de aprovechar esta locura capaz de reunir a miles y miles de usuarios con un perfil la mar de variopinto, como si un capítulo de Black Mirror se tratase.
Por desgracia para Fever, promotora principal del evento, y a pesar de que todos, todos, TODOS los titulares digan lo contrario, no se llegó a cumplir el récord Guinness de la quedada pokemon más grande del mundo.
Uno de los principales problemas, sin duda, fue el cambio de emplazamiento, pero dejando a un lado ese récord, ¿qué aportaba de valor añadido Fever a esto? Las quedadas en El Retiro son el pan de cada día y los pokeventos de Facebook ya no sorprenden a nadie. ¿No hubiera supuesto un reclamo que la marca hubiera aprovechado este evento para dar a los seguidores algún tipo de actividad, animación… y no simplemente un escaparate cargado de oportunismo?
Casos como el de Cabify, McDonalds, o simplemente, restaurantes o bares por todo el mundo, e incluso Wallapop nos hace pensar en que los clientes no pedirán a las agencias algo viral, sino una acción relacionada con Pokemon Go.
Y teniendo en cuenta que Fever ha sido una empresa pionera en ver esa posibilidad de negocio, es una pena que haya desaprovechado esta situación, que podría haber generado muchísimo engagement con miles de personas que, posiblemente, se hayan descargado la app de Fever por este evento, y que tras éste, habrán borrado de su móvil los 31,9Mb que pesa la aplicación.