Rapidez, supuesto anonimato, comodidad y facilidad son solo algunos de los motivos por los que los delincuentes optan cada vez más por la red para cometer sus delitos. Las nuevas tecnologías se han convertido en el nuevo frente del Derecho y las leyes. A los vacíos legales que ya existían, se suman los de este nuevo fenómeno global. La legislación no está preparada para afrontar todo lo que conlleva el uso de internet y de los nuevos avances.
Un arma de doble filo. Así es como se puede definir el desarrollo de los smartphones, que ha propiciado la aparición de las aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp. Adelantos que no solo nos han facilitado la vida y con los que ahorramos tiempo y dinero, sino que también han supuesto la aparición de nuevos riesgos y amenazas.
Ataques virtuales que, en ocasiones, se convierten en algo más que una broma pesada y que acaban en los tribunales. Delitos que han provocado la reforma del Código Penal, reforma necesaria porque las nuevas tecnologías se han convertido en un nuevo medio para la comisión de delitos ya tipificados, como el acoso, extorsión o chantaje, pero también porque se han creado nuevas figuras delictivas como el sexting, stalking, grooming y cracking.
Pero, ¿cómo demostrar estos delitos “-ing”? Una captura de pantalla, fotos o conversaciones guardadas son algunas de las ventajas que nos trae esta nueva situación, con la que podemos demostrar este tipo de delitos. Cada vez son más las pruebas digitales que se presentan como prueba en un juicio, pero también los jueces exigen cada vez más a la hora de validar este tipo de evidencias debido a su fácil manipulación con programas informáticos. Un motivo por el que probar la autoría se convierte en un quebradero de cabeza para el denunciante y para los reguladores de la ley. Reguladores que han creído en la necesidad de realizar una prueba pericial para identificar el verdadero origen de esa comunicación, la identidad de los interlocutores y la integridad de sus contenidos.
También, la aportación de personas que hayan sido testigos de este hecho delictivo y que puedan confirmar la veracidad de las conversaciones que aparecen en los pantallazos, dan credibilidad a esta prueba.
La digitalización, en la actualidad, se convierte en algo necesario en un sector tan analógico como el legal.
La tecnología: desafíos de la profesión legal.